Sábado 17 febrero 2.024. 09:53 horas. Temperatura actual 11ºC, pudiendo llegar hasta los 16ºC a partir de mediodía, con cielo totalmente despejado y vientos E-NE de 7 a 19 kilómetros/hora, y humedad media relativa del 65%.
Nos encontramos en el aparcamiento de Las Canteras (1.037 metros sobre el nivel del mar), también conocido como de Los Areneros, debido a las canteras que aquí se encuentran, a un par de kilómetros de Grazalema, en la carretera que sube al Puerto de Las Palomas, después de un largo viaje de dos horas en autobús desde Estepona.
El grupo de hoy está compuesto por 23 personas, pues debido a las limitaciones de acceso al parque, sólo contamos con autorización para 25, pero lamentablemente, dos de ellas no pueden acompañarnos por problemas de última hora.
Tras las habituales palabras de bienvenida, seguidas de una breve descripción de la ruta y algunas recomendaciones para su mejor desarrollo, por parte del coordinador y responsable del grupo, a las 10:02 horas nos dirigimos hacia la cancela de acceso a la Zona de Reserva por la que discurre nuestra ruta, lineal de aproximadamente 13 kilómetros hasta Benamahoma, pasando por el Puerto de las Cumbres (1,3 km), Puerto del Pinar (6.4 km), Fuente del Pinar (9,0 km), Fuente del Nacimiento (12,0 km) y Fuente de los Tres Chorros (12,4 km).
Comenzamos ascendiendo entre pinos de repoblación, que han permitido frenar la alta erosión del suelo provocada por las intensas lluvias, pues no en vano, esta zona posee uno de los índices pluviométricos más altos de España.
Ganamos altura hasta alcanzar el Puerto de las Cumbres, a 1.261 msnm, paso natural a la vertiente norte de la Sierra de Grazalema, desde donde la vista es simplemente soberbia, permitiendo ver la Serranía de Ronda a nuestras espaldas y una gran extensión de la Zona de Reserva delante nuestro, divisando también El Torreón, el pico más alto de la provincia de Cádiz, así como El San Cristóbal, El Reloj y El Simancón. y algunos pinsapos anunciando la proximidad del bosque.
Caminamos por las laderas de la cara norte de la Sierra del Pinar, dirección oeste, y al cabo de una hora y siete minutos de marcha llegamos a una especie de explanada natural con una espectacular peña, con espléndidas vistas a los Llanos del Rabel, donde aprovechamos para reagruparnos y desayunar. Estamos en el kilómetro 2,47 (1.287 msnm) “bajo la atenta mirada de “San Cristóbal” (léase…: frente al pronunciado ““Pico San Cristóbal””).
Tras este breve descanso, seguimos por el Sendero del Pinsapar que tenemos frente a nosotros. Pasamos junto al desvío hacia el pozo de nieve, que dejamos a nuestra izquierda, y un poco más adelante nos adentramos en este frondoso bosque de pinsapos de la Sierra del Pinar, donde llama muy especialmente la atención la escasa luz que penetra en el bosque, al que le da un cierto aire de magia sobrenatural.
El pinsapo, abeto singular que propició la declaración de estas sierras como Reserva de la Biosfera y Parque Natural, pertenece a una de las nueve especies de abetos que viven en las montañas que circundan el Mar Mediterráneo. En concreto, éste sólo se encuentra en Andalucía, en la Serranía de Ronda y la Sierra de Grazalema, donde se extiende en más de 400 ha, sobre la Sierra del Pinar. Generalmente se ubican en las laderas norte, protegidos de la excesiva insolación y la consiguiente pérdida de humedad, lo que genera un bosque denso y umbrío en el que los ejemplares compiten por la luz, dejando sin hojas sus ramas más bajas y un sotobosque escaso y reducido a unas pocas especies. Los bosques de pinsapos estuvieron mucho más extendidos hace millones de años, cuando las condiciones climáticas eran muy diferentes a las actuales. Se trata, pues, de un vestigio de aquellos tiempos, una joya botánica restringida a un área de distribución muy reducida.
Seguimos en descenso por el bosque de pinsapos, observando viejos y altos ejemplares de pinsapos, junto a otros ejemplares muertos, algunos todavía en pie, otros talados y abandonados sobre el terreno, y otros más desprendidos de sus raíces. Un panel informativo nos habla sobre la evolución del pinsapar y de cómo la madera en descomposición permite la regeneración del bosque, y un segundo panel sobre la antigua actividad del carboneo en la zona.
Más adelante los pinsapos ceden el protagonismo a los quejigos, entre los que nos encontramos con varios ejemplares muertos y mutilados por la acción de la naturaleza, con sus troncos retorcidos, huecos, o con singulares agujeros, y generalmente cubiertos de musgo. Entre ellos destaca el conocido como “El Quejigo del Gnomo”.
Llegados al final del pinsapar propiamente dicho, nos encontramos con el
Llano de los Vientos, ya casi en el ecuador de la ruta, kilómetro 6,51 y 1.035 msnm, buen lugar para volver a reagruparnos, hacer las típicas fotos de grupo y disfrutar por unos momentos de la espléndida panorámica de la crestería, aunque algo desdibujada por el efecto de contraluz a las 12:47 horas.
A partir de este punto, iniciamos la segunda parte del “Sendero El Pinsapar”, que al cabo de unos 700 metros de suave bajada nos lleva al cruce con el Puerto del Pinar. Giramos a nuestra izquierda hacia Benamahoma y seguimos descendiendo por una pista forestal, ahora con una fuerte pendiente que se hace cada vez más acusada según vamos bajando. Aunque la pista está en muy buen estado, mayoritariamente terriza con algunos tramos hormigonados, hay zonas muy resbaladizas debido a la capa de grava que la cubre, lo que produce más de una caída, afortunadamente sin consecuencias.
Pasamos junto a la Fuente del Pinar, y atravesamos dos veces el arroyo del mismo nombre hasta llegar a la cancela que da entrada al sendero oficial desde Benamahoma, donde procedemos a un nuevo reagrupamiento antes de seguir bajando hacia la cercana Fuente del Nacimiento (Río Majaceite), a la que llegamos sobre las 14:16 horas.
Estamos a escasos 700 de metros del final de nuestra ruta, y aquí hacemos nuestra última parada. Lugar ideal para el almuerzo en un entorno muy fresco y relajante, tanto junto a la propia fuente como en la zona baja junto al Eco museo del Agua Molino de Benamahoma
Media hora más tarde bajamos por la calle La Venta, pasando a medio camino por la famosa Fuente de los Tres Chorros, hasta llegar al aparcamiento del Sendero del Majaceite donde nos espera el autobús para llevarnos de vuelta a casa,
A las 15:04 horas, damos felizmente por concluida esta espléndida jornada de senderismo a través de una de las rutas más emblemáticas del Parque Natural Sierra de Grazalema: “EL PINSAPAR”.
Además de pinsapos, a lo largo del recorrido, hemos podido contemplar muchas otras especies botánicas que le acompañan, tales como arces, mostajos, encinas, quejigos, pinos carrasco, endrinos, espino majuelo, escaramujo, cojín de monja, eléboro fétido y piornos, además de otras floras de montaña.
Características de la ruta:
Dificultad: Moderada.
Distancia: Lineal, 12,84 km en un área de 2,1 km2
Tiempo empleado: Total: 05h 10’ / En movimiento: 03 h 43’ / Detenidos: 01h 27’
Velocidad media: 2,36 km/h / Promedio en movimiento: 3,29 km/h
Cotas: Mínima: 404 metros / Máxima: 1.302 metros.
Desniveles acumulados: Positivo: 625 metros / Negativo: 1.077 metros.