PICO BLANQUILLA O DEL VIENTO

Sábado 5 de febrero de 2.022. Nos encontramos en la Serranía de Ronda, en una explanada en el Puerto del Viento a 1.070 metros de altitud, entre los kilómetros 11 y 12 de la carretera A-366 de Ronda a El Burgo.

Son las diez y diez de la mañana, sin viento, temperatura agradable y un poco de calima, en un día típicamente primaveral a pesar de estar en pleno invierno. En esta ocasión somos un grupo de 30 personas.

Iniciamos una suave bajada por un estrecho sendero a campo abierto, que al cabo de unos 20 minutos nos sube hasta la carretera por la que tenemos que caminar un corto trecho de 100 metros aproximadamente.

Cruzamos la carretera  y continuamos en continuo ascenso hacia el Puerto de los Empedrados, pasando primeramente junto a la fuente de La Alberquilla y un poco más adelante junto a un pilón, ambos sin agua.

Tres de nuestros compañeros dejaron momentáneamente el grupo  para acercarse a curiosear en una covacha que se veía en la pared rocosa frente a nosotros. Tras un corto espacio de tiempo sin contacto visual con ellos, el grupo aminoró la marcha y otros dos nos quedamos esperándoles  hasta contactar nuevamente con ellos.   

A título personal, y con el mayor respeto a la actitud de  todos mis compañeros, me permito sugerir la conveniencia de evitar a toda costa este tipo de situaciones, dado el desasosiego que produce en el resto del grupo, y muy particularmente en la persona que lo dirige.

Bien, dicho esto, continuamos con la crónica. Tras el reencuentro, los cinco seguimos subiendo una cuesta empinada hasta llegar a una explanada a 1.132 metros de altitud, aproximadamente en el kilómetro tres de la ruta, donde nos esperaba el resto del grupo junto a unas ruinas. Allí descansamos un poco de una pequeña pero fuerte subida desde que cruzamos la carretera, y mientras tomábamos un tentempié, pudimos contemplar las hermosas vistas que nos ofrecía ese lugar, y el vuelo de un grupo de buitres sobre nuestras cabezas. Sobre las 11:38 reiniciamos la marcha girando a nuestra derecha en busca de la crestería que habría de llevarnos hasta la cumbre por la vertiente NO.

Poco a poco vamos ganando altura, siguiendo como hasta ahora por estrechas sendas trazadas por las cabras y monte a través, lo cual nos obliga a caminar casi todo el tiempo en “fila india”, pero a partir de este punto nos encontramos con tramos más complicados con terrenos a veces inestables, muy pedregosos, abruptos, desiguales y mayoritariamente rocosos, con el consiguiente riesgo y dificultad propia de los entornos montañosos.

En general, el avance es algo lento, pues además de carecer de cualquier tipo de señalización, algunos tramos discurren por terreno kárstico, con lapiaces, grietas y todo tipo de oquedades, a lo que hay que añadir la existencia de matorral bajo muy espinoso tales como jerguenes, aulagas y cardos, jaras y esparragueras, el oloroso tomillo, y abundantes raíces a ras de suelo, que esconden el sendero y dificultan el paso.

Conforme ascendemos vamos dejando atrás algunas bellas planicies y pequeños “torcalillos”, cuya serena contemplación da rienda suelta a la libre imaginación de cada uno de nosotros.

Los últimos metros de subida antes de llegar a la cima hay que hacerlos en zigzag a través de unos estratos en forma de “gradas” de naturaleza calcárea,  y en más de una ocasión  usamos las manos  para avanzar con mayor seguridad, pero aun así resulta asequible.

Finalmente, siendo las 13:35 horas, coronamos el Pico del Viento o Blanquilla, como también se le conoce, a 1.428 metros de altitud.

Lentamente van llegando los más rezagados al Vértice Geodésico, desde donde en día claros se pueden contemplar bellas estampas de Ronda, Olvera, Setenil y parte de las distintas sierras que nos rodean en 360º, si bien hoy, debido a la calima existente, el panorama queda bastante desdibujado, pero no por ello exento de una gran belleza paisajística.

Tras el merecido descanso, las típicas fotos de grupo y la satisfacción de haber hecho cumbre contemplando el majestuoso paisaje que tenemos bajo nuestros pies, pronto iniciamos el descenso, y en una pequeña meseta cercana aprovechamos para comer  antes de emprender el camino de regreso, cuyo sendero nos lleva en pocos minutos hasta una sima, visible en la imagen satélite de Google Maps, donde hay que extremar la precaución al acercarse para verla.

A partir de este punto tenemos por delante unos tres kilómetros de camino descendente, que aunque resulta más fácil de caminar, es también muy escarpado y resbaladizo, con el  siguiente riesgo y dificultad propia del entorno montañoso en que nos encontramos, anteriormente descrito.

Así llegamos a otro pequeño “torcalillo” en un área próxima al arroyo de la Fuente del Soldado, donde nos volvemos a reagrupar y admirar brevemente ese singular lugar enclave, a modo de oasis entre curiosas formaciones rocosas y el relajante verdor que las rodea en un espacio relativamente pequeño.

Desde ésta nuestra última parada, se acabaron las dificultades y bajamos directamente al aparcamiento, finalizando esta encantadora ruta a las 16:15 horas

Otros datos de interés:

Dificultad: Moderada.

Tipo: Circular.

Distancia: 9,58 km

Cota de inicio: 1.065 metros.

Cota mínima: 979 metros.

Cota máxima: 1.428 metros.

Desnivel positivo y negativo acumulado: 531 metros.

Tiempo total empleado: 06h 02’.

Tiempo en movimiento: 04h 04’