LA SAUCEDA-PICO DEL ALJIBE-LAGUNA DEL MORAL

Hoy volvemos al Parque Natural de Los Alcornocales.  Este extenso espacio natural situado entre las provincias de Cádiz y Málaga ocupa una superficie protegida de 170.025 hectáreas, y, como ya deja entrever su propia nomenclatura, alberga el mayor y mejor conservado alcornocal de España y uno de los más importantes de todo el mundo.

En atención a este bosque de alcornoques, y también a la abundancia de otras especies botánicas, fue declarado Parque Natural en 1.989. De la gran extensión que ocupa el parque, sólo 12.289 hectáreas corresponden a la provincia de Málaga, concretamente al municipio de Cortes de la Frontera, donde hoy nos encontramos.

Es sábado 21 de mayo de 2.022. Nos damos cita a las 09:30 horas en el punto de inicio de la excursión, en el Área Recreativa de La Sauceda. Estamos a 5 00 metros de altitud con una temperatura de 20,5ºC y viento moderado de levante, con nubes bajas que apenas dejan divisar el horizonte.

Inicialmente éramos un grupo de 27 personas, pero tras una espera infructuosa de 20 minutos, a las 09:50 iniciamos la marcha los 24 senderistas allí congregados puntualmente.

Cruzamos la carretera y a través de una gran cancela entramos en el núcleo recreativo ambiental de La Sauceda. Pasamos junto a lo que antiguamente era un refugio de montaña, hoy convertido en punto de recepción, información y tienda, y un par de instalaciones de barbacoas.

Iniciamos el ascenso por la Garganta de Pasadallana, cruzamos el arroyo que lleva su nombre por un puente en muy mal estado y llegamos al viejo molino Del Mondo, junto al que aún se conserva una rueda de piedra en buen estado.

El sendero se mete de lleno en el bosque de alcornoques y quejigos, con el musgo trepando por la corteza de los árboles y cubriendo las rocas con su característico manto verde.

Siguiendo un camino perfectamente señalizado y acondicionado para senderistas, pronto llegamos hasta los primeros mal llamados “refugios”, pues más bien se trata de pequeñas cabañas de piedra con techumbre de brezo, actualmente destinadas a uso recreativo en alquiler y que cuentan con zona de barbacoas y servicios comunes. Se encuentran repartidas alrededor del arroyo Pasadallana en lo que antiguamente fue el núcleo principal del poblado La Sauceda, que en algún momento de su historia llegó a acoger en todo el territorio a más de un millar de personas, si bien estaban asociadas a dos grupos principales, uno alrededor de la Ermita, y otro en las proximidades de La Laguna del Moral.

Volvemos a cruzar el cauce de dicho arroyo, esta vez por un pequeño puente de madera bien conservado, y entramos en la zona llamada Las Casas de Las Huesas, donde se ubica la Ermita, actualmente en restauración, y donde también se sitúan más cabañas, barbacoas, un horno y servicios. 

Debido a lo escondido de este lugar y a su difícil y controlable acceso, La Sauceda fue durante siglos refugio de bandoleros y desahuciados, según queda consta en el primer registro documental que existe desde el Siglo XVI. La zona tuvo especial importancia durante la guerra civil española. Entonces La Sauceda superaba en población a Cortes de la Frontera. En ella se refugiaron muchas personas provenientes de toda la provincia de Cádiz (especialmente de la campiña de Jerez) huyendo de la represión del ejército franquista.

Sospechando el escondite de partidarios republicanos, la aldea fue duramente castigada por las tropas franquistas, sufriendo incluso bombardeos aéreos. Debido a lo escarpado del terreno supuso un freno al avance de las tropas de Franco desde el Estrecho hacia Sevilla y Madrid. Cuando finalmente estas tropas consiguieron penetrar en la zona de la Sauceda, llevaron a cabo innumerables asesinatos de hombres, mujeres y niños que allí se habían refugiado. En la pared trasera de la ermita aún pueden verse algunos de los impactos que dejaron las balas de los fusilamientos que allí se ejecutaron, mudo testimonio de la trágica historia de este lugar, que termina con la toma del poblado a principios de noviembre de 1.936 y su posterior abandono.

La reconstrucción de algunas de sus casas y su dedicación a alojamiento rural se produce en el último cuarto del Siglo XX, siendo, a partir del año 1.989, declarado espacio protegido como parte de la Reserva Natural de Los Alcornocales

En las cercanías de La Sauceda, en el Cortijo de El Marrufo, se ha hallado una de las fosas comunes más grandes de España, donde pueden estar enterrados cientos de españoles torturados y ejecutados por las tropas franquistas. 

Después de unos minutos de parada obligatoria en esa especie de lo que en su día sería la plaza principal del poblado, continuamos la marcha. Atravesamos una portilla y salimos a una pista que debemos tomar a nuestra izquierda, la cual desaparece unos cientos de metros más adelante para convertirse en un pequeño sendero a través del cual nos adentramos en el “Bosque Encantado”, que discurre a través de bosques de quejigos y alcornoques cada vez más umbríos y misteriosos, con abundantes “barbas de fraile”, y grandes bloques de roca arenisca cubiertas de helechos y musgos. El rododendro, aquí conocido como ojaranzo, es uno de los arbustos más emblemáticos de este pequeño valle del arroyo Rosada Llana o Pasadallana, actualmente en floración como regalo añadido para todos nosotros.

Así llegamos a las 10:55 horas a un carril bici, en el kilómetro tres, donde hay un depósito de agua y un poste con indicaciones hacia el Pico del Aljibe a nuestra derecha. Seguimos casi medio kilómetro por dicha pista forestal y luego nos desviamos a la izquierda por un sendero llamado Canuto de los Sauces, el cual ascendemos en zigzag entre bosques de alcornoques, quejigos y robles. Cruzamos varios arroyos que bajan de las cumbres de la Sierra del Aljibe, formando a su alrededor el típico bosque de galería con su característica vegetación de helechos, laureles, alisos, durillos, rododendros y otras especies de la llamada laurisilva.

Casi a la mitad de este canuto, hacemos una breve parada de quince minutos para reagruparnos mientras tomamos un ligero tentempié.  Según subimos, por lo que parece una torrentera, pasamos junto a unos grandes bloques rocosos y poco después llegamos un nuevo tramo donde ya se nota un cambio en el firme del terreno. Nos estamos acercando a la pista que habría de llevarnos a la cima, girando a la izquierda.

A partir de este punto, la vegetación cambia radicalmente; desaparecen los árboles y aparece el matorral de montaña en todo su esplendor primaveral, jaras y brezos lucen sus mejores galas y nos acompañan a cielo abierto hasta llegar a los dos promontorios rocosos que coronan el Parque Natural de Los Alcornocales. En el primero de ellos hay una pequeña pila excavada, a la que se conoce como la Pilita de la Reina, ya que según cuenta la leyenda fue excavada a principios de la Edad Media para que la Reina Isabel la católica se diese un baño mientras andaba por estas latitudes supervisando el desarrollo de la Reconquista.

A continuación, tenemos el segundo promontorio, el que hace cumbre en este Valle de La Sauceda y que recibe el nombre de Pico del Aljibe, a 1.091 metros de altitud según datos oficiales, pues mi GPS Garmin y Wikiloc no coinciden ni tan siquiera entre ellos. El Pico del Aljibe hace de frontera natural entre las provincias de Cádiz y Málaga formando una gran muralla de grandes tajos de arenisca.

Una vez en la cima, junto a lo poco que queda en pié del vértice geodésico, donde supuestamente nuestros esfuerzos tendrían que verse recompensados con unas maravillosas vistas en 360º, en esta ocasión nos encontramos con un fuerte viento de levante y la desagradable sorpresa, no por ello menos esperada, debido a la niebla bajera que envolvía la sierra, de no poder disfrutar de tales vistas. Con cielo claro y despejado, desde aquí es posible contemplar bellas panorámicas de la Sierra de Grazalema y del Endrinal al Norte, el Estrecho de Gibraltar, el Atlas Marroquí y el embalse de Barbate al Sur, la Serranía de Ronda y Sierra Bermeja al Este, y la Bahía de Cádiz al Oeste, pero entre el mar de nubes bajas que nos acompaña únicamente podemos divisar con claridad el Radar Militar del Pico del Montero (916 metros), contiguo al Aljibe, y separados por el canuto del Rio Montero.

Estamos casi en el Ecuador de la ruta, a cinco kilómetros del punto de partida, y son las 12:35 horas cuando iniciamos el regreso hacia la Laguna del Moral, segundo objetivo de esta excursión. Desandamos unos cientos de metros el camino de subida, que luego dejamos a nuestra derecha, para continuar descendiendo en descubierto por un cómodo carril hasta aproximadamente cuatro kilómetros más adelante.  Aquí abandonamos el track que llevamos y nos dejamos guiar por la experiencia de Pepe García, buen conocedor de la zona, al igual que otros miembros del grupo, quién a través de un bello bosque de galería y un sendero bien señalizado con hitos, aunque no siempre fácilmente reconocible, nos conduce hasta la laguna.

Son las 14:10 horas cuando llegamos a la Laguna del Moral. Llevamos poco más de diez kilómetros de ruta, y tal como teníamos previsto, aprovechamos para almorzar en tan idílico lugar bajo la espesura de los quejigos que a duras penas dejan filtrar la luz solar.

Las plantas y algas colorean de un verde intenso esta pequeña masa de agua formada a la sombra de las laderas de la Sierra del Aljibe, que, dependiendo de la época del año, la configuración será bien distinta, pudiendo incluso llegar a secarse en los meses más calurosos si la estación viene seca. Esta laguna no está ligada a ningún tipo de curso de agua, sino que se nutre de las precipitaciones locales al estar asentada sobre un terreno compuesto por areniscas generalmente permeables al agua. Con las primeras lluvias, los tonos verdes vuelven a colorear este lugar.

Treinta y cinco minutos para descansar, comer, fotografiar y disfrutar de este enclave único, rodeado de una tranquilidad especial, nos permite afrontar con ilusión el último tercio de la ruta de hoy, para lo cual continuamos por otro bonito sendero siempre bajo la sombra protectora de centenarios quejigos y alcornoques que nos acompañan hasta llegar al antiguo poblado, en cuya plaza de la Ermita cerramos el círculo. Ya sólo nos queda bajar casi un kilómetro y medio hasta el aparcamiento siguiendo el mismo sendero por el que subimos, dando por finalizada la jornada de hoy a las 16:00 horas. Según mis registros, hemos empleado un total de seis horas y veinte minutos, incluyendo las paradas, en un recorrido de 13,62 kilómetros, y un desnivel positivo y negativo acumulado de 617 metros.

Para la elaboración de esta crónica me he apoyado en las páginas webs de la Junta de Andalucía, Diputación de Málaga y Wikipedia.