Sábado 29 de enero de 2.022. 09:30 horas, 10 grados de temperatura y viento moderado del Nordeste con cielo claro y despejado. Un día ideal para caminar por el Valle del Genal en plena Serranía de Ronda.
Nos encontramos en un solar justo a la salida del pueblo de Gaucin, muy cerca del mirador que lleva su nombre, justo enfrente de la calle Jacobo Real y las últimas viviendas del pueblo dirección Ronda, donde dejamos nuestros coches. En esta ocasión somos 24 personas con muchas ganas de pasar un buen día.
Comenzamos descendiendo suavemente por una pista junto a la última de las casas mencionadas, y tras caminar poco más de un kilómetro nos adentramos en una zona abrupta del Valle del Genal entre alcornoques, pinos, quejigos, castaños, jaras, brezo y otros especies arbóreas y matorral bajo, mientras contemplamos algunos almendros en flor diseminados en la vega septentrional del pueblo.
Dejamos a la derecha la Finca Avedin y empezamos a subir sin mayor dificultad hasta aproximadamente el kilómetro tres, habiendo dejado atrás las Finca La Loma y El Coto, que franqueamos por una portilla a la derecha la primera, y un salteadero a la izquierda la segunda, con espectaculares vistas de Sierra Crestellina, EL Hacho y las grandes extensiones boscosas que conforman el Valle del Genal, siempre bajo la vigilancia constante del Castillo del Águila.
Cabe resaltar que a partir de ese momento y hasta el kilómetro siete, nos enfrentamos al tramo más duro de toda la ruta. Nos hallamos a 650 metros de altitud y comenzamos a descender hasta la cota más baja, 431 metros, para luego, desde allí, volver a subir hasta los 694. A medio camino, y un poco antes de la Casa de Andreíta, tenemos a nuestra derecha un promontorio que se adentra unos metros en la ladera del monte a modo de atalaya, y desde el que pudimos disfrutar de un panorama con perspectiva distinta a la que traíamos caminando, realmente bella en cualquier caso.
La gráfica de la pendiente en bajada, de una longitud de un poco más de tres kilómetros, llegó a marcar en algunos puntos hasta -38 %, que no obstante se hizo sin dificultad alguna, pero aún nos quedaba la peor parte, un exigente ascenso de hasta el 42,7% en poco más de un kilómetro de subida continua, que pondría a prueba a todo el grupo.
Este tremendo esfuerzo, que todos superamos con más coraje que ganas, se veía continuamente recompensado por las impresionantes vistas que nunca dejaron de acompañarnos, y que únicamente podíamos contemplar en las lógicas y múltiples paradas a las que nos veíamos forzados para coger aliento.
Ya en el ecuador de la ruta, con los ánimos más relajados por haber superado dignamente su mayor obstáculo, seguimos subiendo y bajando, como es característico en cualquier recorrido del Valle del Genal, inmerso en su exuberante y variopinta masa forestal que en ningún momento deja de sorprendernos.
Teniendo ya a nuestras espaldas Sierra Crestellina y EL Hacho, no perdemos de vista Sierra Bermeja y poco a poco vamos divisando en la lejanía algunos de los pueblos que habitan el Valle del Genal, tales como Genalguacil, Benarrabá, Benalauría, y Algatocin.
Pronto pasamos junto a las fincas La Corchuela y Bella Vista, y ya vamos pensando en hacer una pequeña parada para reponer fuerzas y disfrutar de un merecido descanso, y sobre 13:10 horas encontramos el sitio perfecto. Nos detenemos en medio de un bonito y bien cuidado alcornocal del que emanaba una atmósfera muy relajante, ideal para degustar lo que cada uno llevaba “escondido” un su mochila, y que teóricamente no se podía compartir por aquello del protocolo anti Covid.
A las 13:40 reanudamos la marcha y a unos pocos cientos de metros traspasamos una portilla y enlazamos con un tramo de la etapa 2 del GR-141 (Gran Senda de la Serranía de Ronda), que nos llevaría directamente al pueblo después de cruzar la carretera A369 a la altura del kilómetro 33,5.
En esta última parte del camino pasamos por la Viña de Dios contemplando una bella estampa de almendros en flor, agrupados en sendos cultivos a la derecha del sendero, con el majestuoso Pico del Hacho al fondo, creando un escenario cromático de singular belleza entre las distintas tonalidades de verdes y ocres, destacando el blanco brillante con tonos rojizos y amarillos de la flor del almendro.
Salimos nuevamente a la carretera para admirar el impresionante paisaje que se puede contemplar desde el Mirador de Gaucin, donde ponemos punto final a un extraordinario día de senderismo por una de las rutas más variopintas que nadie se pueda imaginar. Son las 15:10 horas.
El recorrido, que transcurre por caminos terrizos, sendas, monte a través y un pequeño tramo de carretera, en términos generales está muy bien señalizado, es muy asequible y fácil de caminar, salvo el trecho comprendido entre los kilómetros tres y siete, debido al exigente desnivel que tuvimos que superar. Sin embargo, a lo largo de todo el camino nos encontramos con multitud de cruces y desvíos formando una laberíntica red de senderos de acceso a las distintas fincas y cotos ubicados en el valle, siendo necesario en algunos momentos de duda consultar el GPS
Otros datos de interés:
Distancia: 14,43 kms.
Cota de inicio: 612 metros.
Cota mínima: 431 metros.
Cota máxima: 785 metros.
Ascenso acumulado: 685 metros.
Descenso acumulado: 684 metros.
Tiempo empleado: Total: 5h 34’. En movimiento: 4h. 17’