A las 8 en punto nos dirigimos a Cartagima dirección Ronda para realizar esta hermosa ruta lineal en la Sierra del Oreganal un desierto de piedras denominado Canchal de Almola muy cerca de los ricos de Cartagima. Cabe mencionar que la cancha de Almola, se trata de un impresionante cerro instalado sobre una antigua zona de erosión, con grandes dolinas al norte. Tiene una altura de 1.406 metros y se caracteriza por la presencia de grandes paredes verticales de más de 300 metros de altura.
Dejando los coches aparcados junto al cementerio de dicho pueblo y previo desayuno en la venta del Navasillo iniciamos nuestro recorrido con bastante agua y otros líquidos refrescantes pues ya se auguraba un día bastante cálido, soleado y un tanto sofocante.
El primer tramo de nuestro camino discurre paralelo a la carretera teniéndola que cruzar un par de veces al igual que varias verjas y alambradas pues es zona de ganado ovino y caprino, donde gracias a los pilones de agua de estos, pudimos refrescarnos el cogote.
Cabe mencionar que también traspasamos alambradas, para internarse en cotos privados de caza, donde tendremos que compartir espacio con los cazadores escuchándose en repetidas ocasiones varias detonaciones.
Continuamos por un arroyo seco y fuimos cogiendo altura rodeando el cancho de la Almola dejando a nuestra izquierda el cerro Malhacer buscando una hendidura o grieta con una planta trepadora, que es por donde inicialmente deberíamos de haber subido pero al no encontrarla retrocedimos un poco y saltamos una alambrada que nos dio acceso a la meseta de los canchos entre grietas, Lapiaces y dolinas fuimos acercándonos al hito de la cumbre del Almola, un mojón muy rustico a modo de vértice geodésico casero hecho de pedrolos de la zona con un palo encajado.
Nos hicimos la fotografía de grupo correspondiente con nuestra mejor sonrisa, deliberamos sobre los nombres de los cerros y sierras que estábamos admirando y hasta donde la vista alcanza observamos a la Sierra del Aljibe en Cádiz al oeste, la costa africana al sur y al este la Sierra de las Nieves en Málaga, sierra Bermeja y Crestellina, hasta la Sierra del Tablón al norte en Sevilla. Así que se divisan tres provincias de Andalucía y más allá del Estrecho de Gibraltar. Después de disfrutar las maravillosas vistas buscamos el sitio idóneo para degustar nuestros sagrados alimentos y al término de éste visitamos la Cueva del Moro, que lleva hacia el paraje del Caucón. Y comenzamos nuestro descenso muy despacio y sin correr riesgos fuimos descendiendo por aquel paraje tan peculiar.
Una hermosa ruta, que a pesar de su corta distancia (aproximadamente 12 km ) lleva cierta dificultad sin duda, por el abrupto terreno rocoso, donde el mar calizo es el protagonista y aunque disfrutamos, La progresión es lenta desde el principio, pateando y repateando esta zona pedregosa. Debiendo extremar el cuidado en cada paso. Las pequeñas dolinas que nos íbamos encontrando nos sirvieron de tregua para descansar. El itinerario transcurre según el tipo de terreno: un 10% por senderos, un 20% por caminos de cabras, y un 70% campo a través y lapiaz, donde cada uno camina por donde mejor le parece y puede. La vegetación predominante que permite la roca dolomita, es el matorral almohadillado y rupícola, destacando los piornos azules, llamados cojines de monja o erizos, y los lirios de invierno. La zona se encuentra completamente desarbolada, por lo que la única sombra que
encontraremos fue la que proporcionaron algunos bloques de piedra. En cuanto a la fauna, avistamos rebaños de cabras. También nos cruzamos con un jabalí en veloz estampida buitres, y grajos. Una vez en terreno llano cerca de los vehículos todos completos y sin pupas, nos refrescamos en la fuente del pueblo ya frescos y renovados nos dirigimos nuevamente a la venta del Navasillo para el cafelito reparador y tomar el camino a casa.