Tras desayunar en la venta la parrilla nos dirigimos hacia  Grazalema y  unos kilómetros antes de llegar nos desviamos y cogimos un carril que se encuentra justo al lado de la Venta Los Alamillos seguimos de frente y llegando a una bifurcación cogimos el camino del lado derecho hasta llegar al arroyo los Alamillos  curiosamente colmado de florecillas blancas flotando en sus aguas y cerca de este, dejamos los coches.   Continuando a pie por el mismo carril lleno de alcornoques de gran porte que ofrecían sombra a intervalos y teniendo al  Simancón y Reloj  de lado derecho, seguimos andando de frente  por los llanos del Apeo hasta llegar a los pies de los Lajares unos curiosos picos de rocas calizas  que teníamos de frente.

Ya con el GPS de nuestros compis seguimos nuestro camino por el lado izquierdo junto al arroyo rodeando los Lajares; Siendo muy necesario este artilugio por la poca señalización de hitos de piedra y en los tramos de campo a través y aún así nos han hecho repatear este hermoso lugar disfrutando de la diversidad de paisajes entre prados verdes llenos de margaritas y amapolas como el hoyo de la matanza con  Encinas de gran porte, recovecos de piedras cubiertas de musgos, manchones de peonías en todo su esplendor y de sus habitantes bovinos  con sus crías  y una pequeña yeguada acostumbrados a la presencia del hombre. Tras pasar varias angarillas fuimos disfrutando de todo lo que nos ofrecía esta espectacular ruta de niveles muy suaves que invitaban a la charla, exceptuando la subida al cerro Tinajo y  mencionar que en algunos momentos la vegetación estaba muy crecida y salvajada, un poco montuna como sus visitantes.

Seguimos disfrutando de la ruta y ahora nos adentramos por el Karst de la Breña que nos ofrecía un espectáculo a nuestros ojos por las formas tan curiosas de la piedra caliza como el Dragón de la Breña entre muchas otras.

Llegando al cerro Tinajo con sus 1068 m de altura  iniciamos la subida de cierto desnivel y dificultad por la inclinación de las planchas de piedra caliza que, aunque tenían escarificaciones y facilitaba el agarre del calzado hubo necesidad del uso de manos para mayor seguridad teniendo cuidado extra por las grietas, la gran mayoría de compis llegaron a la cumbre disfrutando de las vistas Kársticas que ofrecía por  doquier y de las diferentes cadenas montañosas.

Una vez bajada la cumbre buscamos el mejor sitio para degustar nuestros bollos con las mejores vistas del torcalillo, de la sierra del Endrinal y de las ruinas de la casa de la Gordilla a pleno sol sin sombra alguna que nos refrescara. Continuamos bajando hasta la hermosa y verde dolina donde más de una personita  se puso a retozar entre la hierba fresca.

Después de un buen puñado de fotos  de grupo y en solitario continuamos nuestra hermosa, esplendida, satisfactoria  y muy versátil ruta circular, pasando por el cortijo de Patalagana y unos metros más adelante visitamos el dolmen que lleva el mismo nombre o también llamado tumba de la Giganta o dolmen de los Lajares. Ya muy cerca de nuestros vehículos nos acercamos a la venta a degustar el cafelito quitasueños para el regreso a casa.